jueves, 26 de junio de 2008

Delicatessen

Ella considera una ironía
que todavía
no tenga la certeza
del sabor de esa mujer.
Si ya no le quedan mas partes
sin recorrer en su cabeza,
si despacio ha subido rozando
los labios gruesos por su columna,
y sin darse cuenta se enredó en ese
su pelo, que siempre la sedujo,
con su textura en su cara
que aún no se revela.
Entonces los corre despacio,
Y se eriza la piel por las cosquillas
los sube con la mano abierta,
aprieta con sutileza
Y allí atrás por su tatuaje
Sigue viajando su lengua.
Y en su cuello paró el tiempo.
Y su olor entró en su cuerpo,
el sabor en sus papilas
es el vino que áun no prueba
y aún así la embriaga...

Y así está tan sedienta
de conocer con certeza el sabor
de los sorbos de esa piel
sobre su lengua.